El verano, entre otras muchas cosas, significa disponer de más tiempo para disfrutar del ocio, viajar, leer, descansar y, además de todo eso, exponerse más al sol y al aire libre que durante el resto del año. La línea que separa un saludable bronceado de una exposición excesiva y una piel quemada es realmente fina: es importante proteger la piel para que ese sol suponga una fuente de vitaminas y salud y no un dolor de cabeza o un problema dermatológico. Y, en eso, el AOVE puede ser nuestro gran aliado.

Las propiedades del aceite de oliva virgen extra en la gastronomía son sobradamente conocidas, tanto para nuestra salud como a nivel culinario. Pero nuestro querido oro líquido también tiene multitud de usos alternativos: además de la cosmética en general, de la que ya hemos hablado en este blog, a nivel más específico el AOVE, en distintas formas, puede ayudarnos a proteger la piel contra la excesiva exposición a los rayos de sol en verano.

A nivel casero, el aceite de oliva virgen extra puede utilizarse de muchas maneras para proteger la piel: mezclado con un poco de azúcar y limón es un gran exfoliante; añadir apenas unas gotas añadidas a nuestra crema hidratante diaria multiplicará sus efectos; contar con él de manera regular en nuestra dieta hará que todas las piezas encajen y nuestro organismo sea capaz de afrontar los daños del sol con más recursos.

Somos lo que comemos

El aceite de oliva virgen extra es ideal para proteger la piel de esos incómodos quemazones que aparecen con frecuencia en verano. Y, sin duda, la mejor manera de hacer que todos esos beneficios del AOVE puedan permear en nuestra piel es a través no solo de la cosmética, sino de la alimentación.

La medicina lleva décadas diciéndolo: somos lo que comemos. La salud de nuestra piel no es independiente de nuestra salud general, ni nuestra salud lo es de nuestra alimentación. Una nutrición adecuada es el pilar de nuestra salud y, si ésta está en buenas condiciones, nuestra piel lucirá su mejor aspecto posible. Incluir el aceite de oliva virgen extra en nuestra dieta, en su justa medida, será un factor de gran importancia para ayudarnos a que nuestra piel se muestre en su mejor versión y, en última instancia, a proteger la piel de los posibles daños del sol veraniego.

Cosmética natural

Además de utilizarlo como remedio casero, ya sea preparando nuestro propio exfoliante o con un estratégico aderezo a una crema corriente podemos, con una pequeña inversión, apostar por productos naturales que, en su composición original, incluyan el aceite de oliva virgen extra. No es necesario acudir a las grandes marcas cosméticas ni a tiendas especializadas: en establecimientos de gran consumo, y a precios de lo más estándar, podemos encontrarlas.

Con ellas, podemos beneficiarnos de productos que ayudan a proteger la piel y que ya cuentan con todos los beneficios del AOVE incorporados de serie. Unos beneficios que, ante la perspectiva de pasar más horas de lo normal bajo el sol durante la época en la que más calienta, conviene tener de nuestro lado. Solo tenemos una piel y aprender a cuidarla y protegerla de la parte negativa del sol hará que los años pasen más despacio por ella.