Cosmética y aceite de oliva: los beneficios para tu piel de este dúo mágico
El cuerpo es sabio. Aunque no lo hagamos de manera consciente, a la hora de darle a nuestro organismo diferentes productos, el resultado dependerá de la calidad y tipología de aquello que introduzcamos en la ecuación, y que se traducirá en nuestro aspecto exterior y salud en general. Cuando comemos bien, lucimos mejor. Y lo mismo sucede con nuestra piel. Por eso, cosmética y aceite de oliva funcionan como un binomio de éxito.
La cosmética, al igual que la nutrición, funciona por acción y reacción. Cuando comemos buenos alimentos, de manera equilibrada y sostenida en el tiempo, nuestra salud mejora. Lo mismo sucede con la piel. Por eso, la introducción del aceite de oliva -tradicionalmente asociado únicamente a la alimentación- en compuestos cosméticos supone un paso adelante en el aprovechamiento de recursos y la explotación de sus beneficios a múltiples niveles.
La relación entre cosmética y aceite de oliva no es, ni mucho menos, algo novedoso. Aunque pueda parecer una nueva moda, documentos históricos de la región otomana, datados entre los siglos II y III, ya hablaban de las propiedades cosméticas del oro líquido mediterráneo. Y eso, con los avances científicos y las capacidades analíticas de hoy en día, se ha demostrado como un inmenso acierto.
El aceite de oliva, más allá de sus propiedades nutricionales, puede ser una bendición para la piel. En primer lugar, por su gran capacidad hidratante: probablemente, su capacidad cosmética más conocida y aprovechada. Las cremas hidratantes multiusos, desde las de marca blanca de supermercado hasta las de firmas de alta cosmética, cuentan con el aceite de oliva en sus listados de ingredientes. Es humectante, aporta suavidad y su rápida absorción es ideal para los menos amantes de las cremas.
Además de su gran capacidad hidratante, cosmética y aceite de oliva caminan de la mano por otra de sus propiedades más ilustres: es antioxidante. Los polifenoles naturales presentes en el aceite de oliva ayudan a frenar las señales del paso del tiempo protegiendo a nuestra piel de los temidos radicales libres, las moléculas que provocan el envejecimiento.
Ya en los siglos II y III, y sobre todo hoy en día, otra de las bondades más apreciadas del aceite de oliva para uso cosmético se esconde tras sus virtudes emolientes. O, dicho de otra manera, su capacidad antiinflamatoria para la piel. Los productos que incluyen aceite de oliva en su composición son muy positivos para evitar la irritación y la sequedad en la piel, especialmente en zonas sensibles como labios o manos. Pero no solo eso: también puede ser parte de productos que ayuden a tratar problemas dermatológicos más severos, como psoriasis, descamación o eccemas.
Un producto total para cualquier piel
Cosmética y aceite de oliva son un binomio tan poderoso no solo por sus beneficios al caminar juntos, sino también por su universalidad. El aceite de oliva virgen extra de gran calidad es bueno para cualquier tipo de piel y sirve para elaborar productos con usos muy distintos: desde las primeras cremas para bebés hasta los remedios para pieles más curtidas y secas, el ilustre jugo de las olivas puede ayudar a toda una familia de manera transversal.
Ya sea para pieles secas, para evitar el envejecimiento, ayudar a cicatrizar (otro de sus usos secundarios), para hidratar o para mantener a raya problemas mayores, el aceite de oliva con usos cosméticos es mucho más que una moda: la confirmación científica de que, una vez más, la sabiduría ancestral y la respuesta de nuestros organismos van en la dirección correcta.