El AOVE como antioxidante: desde tu pelo hasta tu piel
Cuatro letras, un acrónimo, como elixir de la vida misma. El aceite de oliva virgen extra es mucho más que una delicia culinaria o el fruto preciado de nuestra tierra: es nuestro aliado para tener una vida mejor. Alimento básico de la dieta mediterránea, el AOVE cuenta con infinidad de propiedades nutricionales y grandes aportaciones para la salud. Especialmente, cuando utilizamos el AOVE como un antioxidante.
Una buena alimentación supone una vida mejor. Un cuerpo que se oxida más lentamente, que rinde a mayor nivel y que está preparado para acompañarnos en cualquier aventura. Y, sin duda, una alimentación que cuente con el AOVE como uno de sus productos esenciales es más rica y fundamentada. Su alto contenido en ácidos grasos esenciales, como los conocidos omega 3, 6 y 9, favorece la salud cardiovascular.
Correcto: la grasa, cuando es de alta calidad, es positiva para reducir los niveles de grasa peligrosos. El AOVE disminuye el colesterol IDI-c, el comúnmente llamado ‘colesterol malo’, y eleva los niveles de HDI (el ‘colesterol bueno’). Además, ayuda a controlar problemas como la hipertensión arterial o a reducir la aparición de enfermedades como la trombosis o la diabetes. Propiedades que hacen que sea un producto muy popular y que dejan en un segundo plano la capacidad del AOVE como antioxidante a diferentes niveles.
Que su capacidad antioxidante sea menos conocida no implica que sea menos poderosa. Pero, antes de hablar del efecto positivo del aceite de oliva sobre la piel, conviene recordar que no todos son iguales: solo el aceite de oliva virgen extra certificado resulta 100% beneficioso para la salud. Solo a este nivel de calidad, en el que están los aceites de Selma Millenary Olive Oil, se pueden encontrar los ácidos grasos esenciales y antioxidantes que combaten la acción de los temidos radicales libres, las moléculas que causan la oxidación y, por tanto, el envejecimiento prematuro.
De esta forma, a pesar de que es imposible evitar el paso del tiempo en nuestro cuerpo, el AOVE ayuda a ralentizar el envejecimiento, facilita la recuperación de la piel y protege de agentes externos como el sol o el viento.
Otros nutrientes que aporta el AOVE son las vitaminas A, D, E y K, que también aportan numerosos beneficios para la piel, entre los que destacan la capacidad de cicatrización y pigmentación o la de proporcionar suavidad y firmeza a esta. El AOVE es, pues, el aliado para hacer frente a afecciones como las ojeras o para revitalizar la dermis, proporcionando brillo a la piel y el cabello y ayudando a lucir un aspecto sano del cuerpo día a día.
A lo largo de la historia, numerosas civilizaciones han utilizado las propiedades del AOVE como antioxidante. Un oro líquido que servía como bálsamo para hidratar, tonificar y reparar la piel, e incluso para el cabello: uno de los secretos del brillo y fortaleza de la melena residía en la aplicación de aceite al menos una vez a la semana.
Sin embargo, es el consumo diario de este superalimento -que los nutricionistas recomiendan tomar crudo y sin exceder la cantidad- la clave para mantener el cuerpo sano por dentro y por fuera y ayudar, mediante una buena alimentación, a prevenir enfermedades como el cáncer de colon y mama o el alzhéimer.
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